“Hay personas en el infierno por amar cosas vanas como los perfumes. Muchas de estas fragancias están consagradas y atan espiritualmente a quienes la usan”.
Dios no prohíbe el uso de los perfumes, pero su pueblo cae preso en las trampas del enemigo al utilizar frangancias pactadas. En algunos casos la marca en sí está consagrada, en otros casos una línea en particular.
Se debe pedir dirección al Espíritu Santo sobre las fragancias que se están usando, y no dar lugar al enemigo.
1ra. de Juan 2:15
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.