Cuando un cristiano tiene mucho amor y apego a las joyas, gastando e invirtiendo su dinero en vanidades, esto se convierte en una gran cadena espiritual, es una atadura.
El Señor no prohíbe el uso de joyas, siempre y cuando sean usado sin ostentación [Cantares 1:10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes, tu cuello entre los collares]
Hay atadura cuando la persona tiene una pasión por las joyas y teniendo busca tener más; dando demasiado valor e importancia a estas cosas y no a lo que realmente pueda edificar al alma.
• 1Juan_2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.
• 1Pedro 3:3-4 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.