Cuando un caballo es entrenado, puede andar velozmente, incluso, sin la necesidad de un jinete. En cambio el burro, necesita ser direccionado, de otra forma no va a ninguna parte, además, es un animal terco.
De esta forma se representa el andar de dos tipos de creyentes en las congregaciones.
Todos los discípulos deben caminar en la senda angosta, en la senda antigua, en la Verdad. Un cristiano que recibe la instrucción y se somete "al entrenamiento", al consejo conforme a la Palabra, es como el caballo entrenado, avanzará rápidamente, podrá crecer espiritualmente y santificarse, aprenderá incluso a ser direccionado por la voz del Espíritu, hasta depender de Él.
En cambio, algunos creyentes son como el burro. Se resisten a la instrucción, a la amonestación, son porfiados y no quieren cambiar. Tampoco se esfuerzan por si mismos para crecer en la Verdad; tienen a confiar en la opinión propia y no se someten al consejo.
Proverbio 1:30 Ni quisieron mi consejo,
Y menospreciaron toda reprensión mía,
Comerán del fruto de su camino,
Y serán hastiados de sus propios consejos.
¿Cómo dejar de ser burro?
1°. Dejar la terquedad y someterse al consejo, a la voluntad de Dios, siempre.
2°. Orar constantemente para alcanzar el plan de Dios. Si no hay oración, no dará de sí todo lo que puede dar.
3°. Accionar.
Job 39:19-25 | Hace burla del espanto, y no teme, |