• Hechos 7:51b ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo.
Otro caso se da cuando el creyente escucha una revelación, pero no comprende todo y se queda con un vacío de dudas y como no las aclara, ese vacío se llena de incredulidad.
A pesar de creer y tener fe, las dudas lo llevan a desconfiar y luego a cuestionar.
• Jeremías 43:2b y todos los varones soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para decir: No vayáis a Egipto para morar allí,
En ambos casos una venda de incredulidad cubren sus ojos, puesta por espíritus que operan de esa forma. Esta venda solo se romperá cuando la persona reconozca el problema y a través de la verdad y la fe pueda derribar toda incredulidad.
• 1Corintios 3:1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Pero es necesario acompañar los procesos, hay alimento espiritual que corresponde a los crecidos en la fe, y a los nuevos corresponde lo más leve. Muchos líderes ponen tropiezo a los corderos dándoles alimento que no pueden comer aún. Lo espiritual se acomoda en los espirituales.
• 1Corintios 3:2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,
Los cristianos que tengan dudas en cuanto al mover del Espíritu y sus manifestaciones a través de sueños, visiones y palabras proféticas deben manifestar las dudas que tengan a los líderes y esclarecer todo lo que no entiendan hasta poder comprender este mover; y es mejor que lo aclaren con el lider o expositor del mensaje antes que con otro hermano, porque se dan casos donde el hermano tampoco entendió bien y trasmite mal la enseñanza.
Cuidado. Hay un grave error que se está dando entre cristianos a través de las redes sociales, cuando se comparten de forma pública revelaciones del Espíritu para la iglesia, que son leídas por nuevos y peor aún por no creyentes, esto es echar perlas a los cerdos, y ya es muy común en las redes.
• 2Corintios 6:3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado