Un funeral tradicional es una ceremonia que se celebra en honor al difunto, y tiene un tinte religioso (rezos, agua bendita, y diferentes rituales), por ende, sea donde fuese celebrado, en las casas o iglesias católicas, el creyente no debe participar en el culto al muerto, de ninguna manera.
No obstante, por una cuestión de testimonio, el creyente puede asistir exclusivamente a dar sus condolencias, pero únicamente cuando haya finalizado el culto (rezos o ceremonias) pero sólo para ir a cumplir, no participar de nada.
El cristiano debe cuidar su testimonio y no permanecer en medio de esos cultos.
Si el funeral se realiza dentro de un templo católico, de igual manera se puede dar la condolencia, entrar (una vez acabado todo) cumplir con los parientes y luego salir. En caso que se llegue en el momento del culto, esperar y una vez finalizado, entrar para saludar, de tal manera que las personas que vean al creyente en ese lugar, no lo relacionen con la participación en los rituales al muerto.
• Efesios 5:8-12: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto”