
Así está la vida espiritual de varios cristianos, se lavan en oración, confesando todos sus pecados, pero una vez limpios, vuelven a revolcarse en el lodo.
Son personas que de labios confiesan sus pecados, pero en el corazón no renuncian al apetito carnal, no toman las medidas necesarias para cortar con las ataduras (ayuno y oración), son personas que se están habituando ya a pecar, creyendo que pueden vivir así pecando y confesando sin convicción sus pecados, para luego repetir y repetir lo mismo, viviendo así un engaño.
• 2Pedro 2:22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.