
Así son los ojos muchos cristianos, que, debido a la incredulidad se formó en ellos una venda transparente tan dura como el vidrio blindado, y a medida que pasa el tiempo ésta se hace más fuerte, y todo debido a las dudas que tienen.
El cristiano debe ser “creyente”, el Señor continúa hablando como lo hizo desde el principio, habló en sueños, a través de profetas y visiones de Dios; si bien la Palabra es el fundamento, su Espíritu se manifiesta de diferentes maneras en su pueblo. Pero si una persona se cierra a creer en una de esas manifestaciones, se cierra a la voz de Dios.
Hay mucho engaño, sí, pero no todo es mentira. Hay que aprender a discernir y pedir confirmación con la Palabra si el mensaje recibido proviene del Espíritu Santo o no, pero no cerrarse a recibir lo que Dios quiera hablar.
- 1Tesaloniceneses 5:20 No menospreciéis las profecías
- Hechos 2:17 y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños