
“¿De qué sirven los ocios, las vanidades, el trabajo, el estudio y todo lo que ofrece el mundo y luego perderse en una condenación sin fin?”
Dios, debería ser lo primero y lo más importante en la vida del creyente.
Todo su enfoque debería estar puesto en Aquel quién puede dar la vida y quitarla. Sin embargo, el mismo pueblo que "dice" servirlo, sirve más y mejor a las cosas seculares... que al final hacen parte del mundo de vanidades.
El llama la puerta, invita, convoca, pero pocos están realmente dispuestos a correr en pós e Él.
Congregacioens vacías, reuniones con ausencias, siervos descomprometidos con la obra, servicio prestado con indilgencia, ¿porqué?, porque hay otras cosas que son más importantes para los cristianos, que servir al Señor y atender sus asuntos.
- Mateo 16:26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?