
El Espíritu Santo alertó con una visión lo que sucedió en el ámbito espiritual en una reunión de ayuno y oración.
En lugar que la oración suba como olor fragante hacia los cielos, se veía un humo gris.
• Filipenses 4:18b olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios.
Esto fue causado a la falta de preparación para la reunión de oración y representa la oración grupal.
Las reuniones de oración y ayuno o intercesión son muy importantes debido a oposición que conlleva y el gran mover espiritual que genera.
Se requiere de los asistentes una preparación previa e individual para esta cita, y la mala preparación de una persona puede afectar a la intercesión grupal.
Hay personas que se presentan en estas reuniones sin haber orado nada previamente, esto constituye una falta ante el Señor y se convierte en una puerta abierta para el enemigo. Una persona sin haberse santificado en oración previa no podrá entrar en comunión con el resto.
Como todas las cosas que conciernen a la fe, hay acciones que son netamente individuales y el compromiso es con Dios. La salvación es personal; se dan las indicaciones, pero está en cada creyente accionarlas.
• 2Crónicas 30:17 Porque había muchos en la congregación que no estaban santificados, y por eso los levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se habían purificado, para santificarlos a Jehová.
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EL LLAMADO A LA IGLESIA AL AYUNO

Otro cuadro similar -pero diferente- es cuando un humo negro sale de las personas que están intercediendo.
Esto no representa la oración personal, sino son espíritus demoniacos que vienen con los creyentes que no se limpiaron bien de sus pecados, no los confesaron o tienen ataduras espirituales. Estos espíritus inmundos no soportan la intercesión entonces salen de las personas por la unción del lugar y la autoridad de los demás cristianos orando en santidad, pero, cuando termina la reunión vuelven a entrar en las mismas personas, estos demonios regresan a "a sus casas".
• Lucas 11:24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.
El arrepentimiento genuino y alejarse del pecado, peleando contra los deseos de la carne harán que estos espíritus inmundos ya no puedan volver a entrar en la persona. En algunos casos se necesitará liberación espiritual.