
Cuando una persona tiene puestos los auriculares, no son capaces de escuchar nada del entorno, sí a lo que están conectados.
Así se comportan muchos creyentes que tapan los oídos para no escuchar la Palabra ni los mensajes que el Señor pueda hablarles a través del Espíritu, también las profecías.
Se niegan a creer que es el Señor el que les está hablando, no tienen la convicción de la voz del Espíritu y se cierran a sus propios pensamientos, y en lugar de escuchar, comienzan a cuestionar todo.
El creyente debe “creer” por fe, aunque no entienda de forma lógica como hace Dios para hablar o usar a las personas. Es también responsabilidad de cada uno buscar confirmación en oración con la Palabra, el Espíritu guiará una respuesta a través de las escrituras.
• Deuteronomio 1:32-33 Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios, quien iba delante de vosotros por el camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.