
Al igual que una persona se limpia con la toalla, luego se encuentra que está sucia y de igual manera vuelve a usar la misma toalla sucia; así también hay personas que cometen el mismo error en el ámbito espiritual: se limpian de sus pecados una vez, y luego se ensucian nuevamente con la misma suciedad, con el mismo pecado.

Es importante confesar los pecados, pero tiene la misma importancia la lucha por corregir lo torcido, por cambiar.
• Jeremías 13:27 ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás al fin limpia? ¿Cuánto tardarás tú en purificarte?
• Tito 1:10 Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión
• Proverbio 30:13 Hay generación cuyos ojos son altivos y cuyos párpados están levantados en alto.