
Muchos cristianos se deleitan hablando de la vida pasada de pecado, algunas con orgullo recuerdan sus aventuras pecaminosas y se ríen de eso cuando están entre hermanos y peor aún, con mundanos.
Isaías 43:18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.
El Señor nos rescató de un mundo de obscuridad y tinieblas, esa vida pasada debería quedar enterrada, no rememorada como algo digno de jactancia.
Cuando una persona se complace en hablar con orgullo de su vida pasada, (no como un testimionio de conversión) es porque aún no renunció del todo a ese pasado que aún atesora.
- Marcos 9:43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado…
Debemos cortar con las cosas que nos alejan del Señor, incluso el hablar de la carne. Hay personas atadas por a ellas, que con el tiempo caen y se alejan del Camino.