
Representa el proceso de maduración espiritual de un creyente.
Hay cristianos que quieren adelantar ciertos procesos cuando aun no están listos o plenamente formados, entonces al adelantarse al proceso muchas veces terminan frustrándose al no ver lo esperado, o porque las cosas salieron mal.
Ejemplo, predicar cuando uno mismo no entiende bien, no cuenta con el conocimiento necesario o no comprende la escencia del mensaje, y en lugar de enseñar terminando confundiendo al oyente. O el hecho de querer hacer cosas -para Dios- que aún no está listo para hacerlas. Muchas veces es mejor callar. Recordemos que “todo tiene su tiempo”.
- Eclesiastés 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
- Proverbio 13:3 El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.