
La flor representa a cada creyente, la abeja es el enemigo, y el polen es lo que atrae a la abeja, lo que es "dulce" para él.
En este caso, el enemigo se acerca a los creyentes cuando hay pecado, o acciones pecaminosas, esto lo atrae.
De esta manera comienza a operar en el cristiano, acrecentando los malos deseos, malos pensamientos y malas acciones. No hay que darle lugar.
- Efesios 4:22-24 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.