
Así sucede cuando se permite la idolatría, al “yo”.
El evangelio de Jesús trata de forma crucial "llevar la cruz", esto implica la negación constante para agradar a Dios.
Se deja de lado los gustos, deseos, anhelos personales, para buscar hacer todo lo que Dios guíe, ya no lo que uno quiera.
• Gálatas 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí
Si no se pone un freno al apetito del ego, "del yo" y sus deseos, esto crecerá como una enredadera hasta gobernar totalmente a la persona, hasta no poder controlarla.
• Juan 3:30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.
• Mateo 10:38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
• Lucas 22:42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.