Hay personas que tienen ídolos incrustados en el corazón.
Otras, por momentos quitan el ídolo pero luego se vuelven a él. La gran mayoría de alguna manera lo tienen.
Nada puede ser más importante para el creyente que Dios. Cuando algo o alguien toma el primer lugar, la atención, o la pasión del corazón, esto se vuelve un ídolo. Dios debe estar siempre en primer lugar. Hay creyentes que ocupan fielmente lugares en las iglesias, pero están atados a la TV, al dinero, a las redes sociales, aún a la familia misma, y terminan siempre desplazando al Señor.
- Ezequiel 14:6 Por tanto, dí a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones.