
Representa el estado espiritual de algunos cristianos: son de “doble ánimo”.
Un día están fervientes en el espíritu, al día siguiente quieren dejar el camino.
Un día luchan contra el pecado, luego se entregan a sus deseos.
Un día están trabajando con fuerzas para el Señor, al día siguiente tienen los ojos puestos en el mundo.
Un día creen en las promesas de Dios, al día siguiente están dudando y cuestionando a Dios.
Los de doble ánimo tienen fuertes luchas en la mente, porque los pensamientos humanos terminan venciendo a los pensamientos de Dios. Es necesario que los tales traten debidamente en oración esta manera de vivir la fe y esforzarse por cambiar, perseverando en la vida espiritual, la inconstancia no agrada al Señor.
• Santiago 1:7-8 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.
(CST) En efecto, las personas que dudan y nunca llegan a tomar una decisión son inestables en todo lo que emprenden; y como andan vacilantes y no piden con fe, tampoco pueden esperar respuesta del Señor.
• Santiago 4:8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
(CST) Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y los de corazón inconstante, purificadlo para que se vuelva fiel.
• Deuteronomio 20:8 Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.