
Es necesario tratar debidamente con el pecado.
Si no hay cambio y el cristiano se acomoda “a pecar”, automáticamente se comienza a desviar del “Camino” (ej. tratar la desobediencias, el ego, el orgullo, apego a vanidades). Dios quiere ver cambios.
• Mateo 3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento