
Debemos lavarnos y limpiarnos de todo mal, todos los días en oración.
Así es como ordenamos y limpiamos nuestro interior, quitando las inmundicias, todo lo sucio, lo que nos contamina, confesando sentimientos malos como amarguras, rencores, odio, y todo tipo de mal pensamientos.
- Mateo 15:19-20 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre (...)
- Jeremías 4:14 Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad?