14/Oct/2020
Apocalipsis 10:2-3 Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces. Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.
¡Viene una enfermedad!, ¡es una enfermedad de la Piel!
¡Viene la lepra! ¡La lepra vuelve más fuerte que nunca! El castigo viene a los hombres que blasfemaron Mí Nombre. Se rascarán y se rascarán la piel. Sufrirán el trueno, “el trueno ha de tronar”.
¿Porqué? ¡Yo, el gran Yo Soy abrí la profecía! dije a mi hijo Juan “sella la profecía, no hables de esto hasta el tiempo que ha de venir”.
¿Ahora quieren saber qué es lo que dicen esos truenos? Esos truenos guardaron las enfermedades que han de venir al mundo entero. Esta enfermedad viene para los moradores de la tierra que no guardaron mi palabra, a los que no se refugiaron en mí. ¿Cuantas veces llamé al arrepentimiento? y no me escucharon. ¡Llegó el tiempo!
¡Pero la lepra viene! Se rascarán y se rasgarán. Saldrá sangre por sus narices y la ciencia se preguntará: “¿Qué es lo que está pasando? esto nunca antes lo hemos visto. No tenemos respuesta para lo que estamos viendo. No hay respuesta, no hay respuesta. La ciencia no encuentra medicamentos para esta lepra. ¡No la encuentra! La boca, la nariz el cuerpo. Una lepra nunca antes vista”.
Pero a mis sellados, nada les pasará a mis hijos, no verán esto. No temas pueblo mío, este juicio no fue para ustedes. Este juicio esta para la humanidad que me ha desechado.
Iglesia oración quiero, quiero que estén orando, quiero que oren, clamen y ayunen. Buscando mi rostro en estos últimos tiempos, tiempos donde daré salida, pero mi juicio tiene que caer primero.
Trueno número uno. Los vientos soplan. Es tiempo de que el juicio comience.
Conocerán que soy el Gran Yo Soy, el Alfa y la Omega, el principio y fin para todos aquellos que no escucharon mi llamado de arrepentimiento. ¡Se cierra la puerta, se cierra la puerta!.