
Le pedí al Señor que me revelara su contenido, mas dijo que aún no era el momento.
El día 18 de marzo de 2014 durante el culto de oración en la iglesia local se abrió el sello. El contenido era un decreto que revelaba lo siguiente:
“Así dice el Señor: Yo me manifiesto, Yo preparo, Yo lleno, Yo visito porque ha llegado el tiempo y ahora es, en el que los verdaderos adoradores me adoraran en espíritu y en verdad. Yo requiero y exijo entrega total, demando sometimiento y unidad, mando a que corran apresuradamente en pos de las almas.
Mi decreto, dice el Señor, contiene el listado con una cantidad numerosa de nombres completos de las vidas que se van a perder con los juicios que se aproximan. Los eventos sucederán como una reacción en cadena, viene violencia como nunca ha habido en nuestro pueblo, los números de asesinatos y suicidios se dispararán en gran manera y luego vendrá el gran juicio que he decretado, del cual ya han hablado mis siervos”.
La otra parte del pergamino contenía todos los nombres de las iglesias de este pueblo y decía lo siguiente:
“A estos llamaré a cuentas y a ellos le exijo el cumplir con Mi palabra y Mi mandato. Pregonareis más que nunca mi mensaje y hablareis como en los tiempos de Noé, donde la maldad reinaba. Acerca de lo que acontecerá, hablarán y dirán que el tiempo de la salvación ha llegado y es ya.
Mi sello declara que el mensaje proviene de mí y será cumplido a cabalidad. Al remover el sello y abrir el pergamino significa que el tiempo llegó. Juzgaré con vara fuerte a mi iglesia y derramaré la sangre de los que se pierdan sobre aquellos que no cumplan Mi ordenanza. Limpiaré los altares, sacaré lo que mancha y ensucia lo que debe ser santo.
Llegó el momento en que separaré el trigo de la cizaña, porque Mi pueblo tiene que ser santo.
Quiero humillación en unidad, clamor por misericordia a beneficio de los nombres escritos en el decreto enviado.
Es tiempo de correr a paso acelerado porque el tiempo ha llegado. Pueblo mío avanza".
Recibido por
Anthony Villot Reyes
Cataño, Puerto Rico