“Yo haré madurar en mi Iglesia al que quiere, solamente al que quiere. Yo soy un Dios justo y Yo llamo e insisto varias veces con mis hijos, de muchas maneras. Pero muchas veces mis propios hijos, en ese caminar, quieren que se les aparezca un ángel o algo similar; pero mi voz, es como un silbo apacible. Te lo he dicho antes: estoy en los detalles más pequeños y más simples. Ahí es donde mi Amada tiene que aprender a verme: en los detalles más sencillos, en los más simples.
No aprenden aún a verme en su diario vivir en esos detalles. No aprenden a conectar lo que oran con lo que ven. Por eso Yo insisto muchas veces: en sus propias vidas, en sus casas, y muchas veces, en los servicios de adoración en mi Casa.
Las diferentes iglesias, pequeñas congregaciones, como te lo he dicho antes, son regimientos, campamentos de guerra que tengo distribuidos en el avance de mi Reino, pero al mismo tiempo son pequeñas habitaciones de mi Casa, ahí les hablo, pero aún así muchos se distraen. No se conectan en la alabanza y adoración, es ahí donde les hablo. Por eso de mi Casa, de mi Iglesia, a quienes voy a tomar para hacerlo, porque ya te lo dije, no serán todos, serán aquellos que han tenido sus corazones dispuestos, que me han buscado, que verdaderamente quieren estar conmigo, quieren trabajar conmigo, mano a mano. Yo no voy a obligar a nadie. Es mano a mano, pero es con el que quiera solamente.
Esto que voy a hacer es solamente con el que quiera, no todos querrán, no todos lo harán, no todos podrán hacerlo.
Aún he de sacudir el polvo de mi Iglesia, ese polvo que se le ha pegado del mundo, aún he de sacudirlo de mi Iglesia.
Porque todavía no llega el momento, mas... está cerca, cuando esos verdaderos adoradores que moverán ‘la ola’, darán una adoración tan profunda: el canto hermoso de mi Amada, dice el Señor, el cual todavía no han visto con esa manifestación de mi poder, en esa adoración, donde demonios serán expulsados y serán echados fuera tan sólo por mi Presencia. Ese clamor, esa adoración es la que estoy buscando y es la que Yo voy a provocar en mi Amada.
“Frenaré las ruedas desbocadas de este mundo. Si Yo no interviniera, el mundo terminaría en autodestrucción, así como va“.
El Señor repite que va a poner un freno. Dice que en esa carrera desbocada va a chocar y va a chocar contra la Roca, que es Cristo. Va a chocar contra la Roca.
“Es por eso que mi Iglesia debe estar preparada, porque mi Iglesia también será impactada por el choque. Pero el impacto del choque en mi Iglesia no será para destrucción, no es para que la Iglesia lamente. Es para que la Iglesia esté lista“.
El Señor hablaba del “momento glorioso para la Iglesia“. Por eso mencionaba también lo de los “refugios“.
“Cada casa de creyentes fieles será un refugio. Cada Casa del Señor, diferentes congregaciones, serán refugios, porque será un choque contra la Roca. Muchos saldrán dañados. En esa carrera desbocada van a chocar contra la Roca. Yo me voy a poner en medio porque voy a frenar este desenfreno del mundo. Si no lo hago, se autodestruyen, y Yo lo voy a detener.
Esta es una manera nueva – dice el Señor – que yo voy a usar para la salvación de muchas almas. Una manera que ni mi Iglesia ha visto. Se han quedado pensando muchas veces, por cuestiones y razones teológicas, de que las cosas van a ser al pie de la letra, de las mismas maneras como están escritas en La Palabra. Pero son los principios de los que Yo me encargo que sean respetados, porque Yo no cambio. Pero las formas son mías, los métodos, las maneras de hacer las cosas son mías y Yo hago lo que quiero y como quiero; y aún he de sorprender a mi propia Iglesia. Aún he de sorprenderle.
Así que tienen que estar listos y expectantes. Flexibles, rápidos para el cambio. Porque voy a sorprenderlos.
Aún también habrá de mi Iglesia quienes se pongan a lamentar y se sienten a lamentar cuando realmente es tiempo de levantarse, de estar listos, prestos, porque sonará trompeta, escucharán la trompeta y sabrán que es el momento. Tienen qué estar listos. Listos para tomar todos los pertrechos, todo lo necesario.
El Señor me muestra una visión.
Veo un río ancho en el bosque, un río caudaloso. Y luego hay un bloqueo provocado por algún suceso, donde han caído rocas o árboles, y el flujo se detiene. Luego, por el mismo suceso, todos los peces se atoran y no tienen a dónde ir. Hay una agitación grande y confusa por la gran cantidad de peces y es cuando se toma ventaja para ir y tomarlos con suma facilidad.
Luego el Señor dice:
“Así será. Esos peces son las almas de los hombres y la Iglesia las tomará con una ventaja que no ha tenido nunca; una ventaja para sólo ir y tomar los peces y llenar sus cestas y sus redes.
A manos llenas, a manos llenas, como nunca lo han visto. Será tanta la desesperación, que los peces brincarán solos a las cestas. Será una pesca como ninguna… como ninguna. Por eso tienen que estar listos. Ese es el motivo por el que estoy haciendo que dependan menos de sus fuerzas y de las cosas del mundo“.
Luego el Señor habla sobre detener la economía. “Por eso lo entendidos, los entrenados, los que dependen de mí, son los que van a estar listos. Son los que van a estar listos para ir y pescar porque saben que no necesitan de sus cuentas bancarias para ir y arrebatar, para vivir, para confiar, porque conocen quién es su Dios, quién es su verdadero Proveedor. Por eso se ha agravado mi mano sobre mis hijos, sobre mi Amada …”
Al preguntarle al Señor cómo resumiría todo esto, dijo:
“Yo vengo pronto y vengo por una Iglesia lista, sin arrugas y sin manchas“.
Recibido por
Lot Saucedo, México
Junio 2014