
Quiero comentarles acerca de un sueño que tuvo mi hija Paz (...).
Guerra - Israel
Esa mañana me había levantado para ir a trabajo y estaba despertando a mis niñas para que vayan al colegio, cuando me tocó el turno de levantar a Paz, ella se incorporó en la cama y con los ojos llorosos me dijo: -"Mami... ¿Verdad que si a Israel le va mal, a todos nosotros también nos va a ir muy mal?".
Al principio su pregunta me sorprendió mucho, pero luego pensé que quizás había oído en las noticias alguna información respecto a la situación en Medio Oriente. Y le dije que nuestro deber es orar por israel siempre, en todo momento; y le pregunté: -"¿Por qué me decís esto?". Y entonces respondió: "es que tuve un sueño (sus ojos denotaban angustia y estaban llenos de lágrimas) soñé que había guerra en Israel y que luego en nuestro país ocurrió lo que pasó en Japón".

Me sorprendió mucho su respuesta, y le dije: "¿Qué pasó en Japón y qué es lo que soñaste?". Me dijo que había visto un tsunami que venía sobre nuestro país (Paraguay, que es mediterráneo), las olas eran muy altas y había mucha agua, vio que mucha gente se moría. Le dije: "¿Y dónde estábamos nosotros? ¿también nos morimos?". Me dijo: "no mami, nosotros estábamos sobre un techo muy alto, pero estábamos viendo (...); pero eso no fue lo peor..."

"¿Y qué fue lo peor?", me dijo que después del tsunami, ella vio el cielo y notó un meteorito (asteroide) muy grande que venía a la tierra (pero había muchos más en el cielo, aunque solo uno cayó). Me dijo que era enorme y que cayó. Le pregunté si vio donde había caído; y me dijo que fue en el Brasil.
Terremoto
Ella veía a mucha gente en el mundo morir y que al caer el meteoro en la tierra se produjo un terrible terremoto que partió a la tierra y parecía que nos estrellamos (me dijo que vio la vía láctea muy cerca).
Su angustia era muy real, yo trataba de calmarla y de no asustarla. Le dije entonces, "¿qué pasó entonces?"; "mami, eso fue lo último que vi en la tierra porque yo ya no estaba allí, estaba con ustedes en el espacio, entonces vi un templo muy grande, era hermoso, había mucha gente y nadie estaba triste y vi una calle que parecía de oro puro. Hasta ahí soñé".
Hechos 2:17-21 Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.