Los principados son demonios de alto rango y operan desde las regiones celestes enviando accidentes, muertes, asaltos, peleas, influencias sobre el gobierno etc. Hay un principado por cada nación.
Estos demonios pueden y deben ser atados, pero solamente se sujetan cuando la iglesia está bien preparada en ayuno, sin puertas abiertas.
La incredulidad es un obstáculo en la oración para que este demonio se sujete.
• Daniel 10:20 El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.
Espíritu de muerte sobre Sudamérica.
El espíritu de muerte es otro demonio que opera fomentando asesinatos, suicidios, "feminicidios", abortos, etc. y el Señor a través del Espíritu alerta que este espíritu está sobre Sudamérica.
La iglesia en cada país debe orar reprendiendo sus influencias y deshaciendo sus obras.
• Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.