
Algunos son oprimidos por espíritus con fuertes dolores (muchas veces estos males no son físicos, sino espirituales), y como reprenden sin fe, los demonios ni siquiera se sujetan, o, en algunos casos se van por un tiempo, y luego vuelve la opresión.
Lo mismo sucede con el miedo, hay personas muy temerosas que tienen que vencer el terror nocturno utilizando las armas espirituales, pero al hacerlo con incredulidad, con miedo, continúan siendo atormentandos por las noches.
Igual con otros ataques: malos pensamientos, voces en la mente, fuertes deseos sexuales, falsos argumentos contra otras personas, desánimo, sueño durante las reuniones bíblicas o de oración, pereza, influencias para pecar. Todo lo mencionado puede provenir de la carne, pero también son provocadas por espíritus inmundos. Jesucristo dió autoridad a su iglesia.
- Mateo 6:7 Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.
- Santiago 4:7b resistid al diablo...
- Hechos 16:18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
- Hechos 19:15-16 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.