
El compromiso del cristiano tiene que ser con Dios, no con los hombres, pues a quién se rendirá cuenta será al Señor.
Algunos están habituados a faltar por faltar, otros siempre tienen una excusa, pero de igual manera es imposible engañar al Espíritu. Dios también mide la fidelidad de su pueblo.
- Romanos 12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor
- Hebreos 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre,