
“Son ligeros, perezosos y acomodados”.
La iglesia en general no está esperando su regreso, no está tomando con seriedad este evento próximo a acontecer, lo que debería ser lo más importante en la vida de los creyentes.
Se da un despertar de una parte de la iglesia con los mensajes proféticos y testimonios de revelaciones del Espíritu sobre lo que va a suceder, pero es momentáneo, luego vuelven a la rutina.
El regreso del Señor se retrasó porque la iglesia no está lista, al igual que en la parábola de las 10 doncellas, el Esposo tardó en venir…. así Jesús está retrasando su regreso porque de venir en este momento y en las condiciones en que se encuentra la iglesia será muy bajo el porcentaje de cristianos que irán con Él.
Ligereza porque el pueblo de Dios no se pone a pensar en la gravedad de lo que está sucediendo, de lo avanzado del reloj de Dios en cuanto al tiempo que se vive, en las advertencias dadas por el Espíritu, además de la ligereza por atender “las cosas de arriba”, gran parte de su gente está más preocupado en lo terrenal.
Pereza reclama el Señor porque muchos no se esfuerzan para esa preparación en oración, en prestar la debida atención a la preparación personal y lo que esto requiere para enderezar todo lo torcido. Sin embargo tienen tiempo para “otras” cosas que al final son vanidades.
• Hebreos 2:1 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.