
Tuétano. Es la médula de los huesos, hace referencia a la parte fundamental de un asunto, en este caso aplicado a la Palabra de Dios.
Hay creyentes que reciben las enseñanzas “hasta el tuétano”, les llega hasta el fondo, la entienden bien, pero a pesar de comprenderla no accionan, entonces, ¿cómo dará fruto para el reino?.
• Hebreos 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
El gran conocimiento y la sabiduría que un cristiano pueda tener -pero sin acción- no servirá mucho. Claramente el Señor habla al respecto:
Santiago 1:22-25 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.