
Al igual que la fuerte corriente de un río hace dificultoso el nado en dirección contraria, la corriente del mundo se hace y se hará más fuerte.
La sociedad actual cada día se aleja más de Dios y de su temor, el pecado se hace "legaliza" en el mundo, la misma sociedad encamina a las personas a hacer lo malo. Cada vez será más difícil ser cristiano en medio de esa generación.
Con la fuerza propia nunca se logrará ir contra la corriente. Solamente aferrados a Cristo y a la comunión diaria con el Señor es que esta corriente no arrastrará al pueblo de Dios.
Lastimosamente hoy muchos fueron arrastrados y otra gran parte están a punto de ser llevados por la fuerte corriente del mundo.
• Juan 15:5b porque separados de mí nada podéis hacer.