
La oración de algunos creyentes tiene tanto poder que hace que el cielo y la tierra se conecten. Son intercesores que cuando oran, claman de todo corazón y con entendimiento. Estas oraciones son reforzadas a través de la oración en lenguas, la oración en el espíritu.
La iglesia de Dios tiene gran poder a través de la oración, pero no todos son capaces de comprender la importancia de orar como Dios manda. Cuando Jesús oraba en angustia, hasta sudaba sangre. Muchos creyentes al clamar no pueden evitar el llanto y sentirse totalmente quebrantados bajo la dirección del Espíritu. Este tipo de oración no tiene oposición, y debe fortalecerse en todos.
• Jeremías 29:12-13 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
• Lamentaciones 2:19 Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos, que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles
• Romanos 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.