
El Espíritu Santo da una alerta a los creyentes sobre una oposición común durante la oración: el bloqueo y pensamientos distracción.
Se da cuando el cristiano intenta orar, pero su mente queda en blanco, parece que no sabe cómo empezar, ni qué decir, se siente "bloqueado".
De otra forma de oposición es con un bombardeo en la mente de pensamientos de cualquier índole que distraen y desvían la atención durante la oración. Son formas de oposición demoniaca a la oración del creyente (en especial durante la intercesión).
El Señor dio autoridad a la iglesia para “hollar serpientes”, cada uno debe reprender el bloqueo y/o los pensamientos de distracción con autoridad, así como todo lo que impida que la persona pueda orar bien.
- 2Corintios 10:8 Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré