
En un colador se dejaba caer lo que parecía arena, las partículas pequeñas pasaban pero las grandes no.
Representa un instrumento de medición del Señor.
El cristiano cae en él, es controlado y probado… su ser debe purificarse, todas las áreas tienen que pasar por el colador del Señor; cuando se hallan partículas grandes, que son las impurezas, éstas se quedan ahí, saltan a la vista, el Señor se encarga de convencer a la persona de muchas formas del error.
El Señor mide a todos sus hijos.
Con esta medición -que es una prueba- primeramente mide lo que Él ya habló a la persona (un llamado a un cambio en su vida) y considera un plazo –establecido por Él- para ver el cambio, ver el resultado; probando a la persona para saber si ya corrigió lo que estaba torcido.
De igual forma, la prueba también trata con la paciencia, ya que si la persona no pasa su prueba, ésta volverá a pasar por el colador.
Ejemplo:
Dios quiere tratar con una mujer su falta de fe, entonces tendrá que dejarla caer en su colador, donde una o más pruebas la sacudirán, y quitarán a la luz las dudas, la incredulidad, la desconfianza, etc., que no pasarán el colador, sin embargo permitirán que la mujer en cuestión pueda reconocer sus debilidades y tratarlas en oración con el Señor para poder revertirlas.
Entonces, como todos puntos mencionados quedaron en el colador, la prueba volverá a repetirse hasta que nada de eso quede.
De esta manera tratará en cada área de la vida de sus hijos para purificarlos.
• Lucas 21:19 Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
• Romanos 5:3-4 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.